Hace poco tuve una experiencia muy curiosa con una entidad bancaria. Las semanas previas había estado negociando, con dicha entidad, las condiciones de compra, venta y custodia de unos productos financieros concretos para poder operar. Al final eran solo unos pocos puntos los que estaban en la negociación, pero a la larga representaban una carga de comisiones importante. Tenía el OK de otra entidad, que sí aceptaba estas condiciones, así que tocaba tomar decisiones… Mi entidad me aseguraba que ya me habían dado las mejores condiciones posibles.
Les pedí, por mail, que realizaran una transferencia a otra entidad. El primer día no obtuve respuesta y al día siguiente volví a mandar un mail por si no lo habían recibido correctamente, quien sabe… La respuesta de la entidad fue si podíamos vernos en persona para acabar de hablarlo. Con todo eso ya habían pasado 3 días desde que mandé la orden de la transferencia. Estaba confuso. ¿Tengo que dar explicaciones y esperar 3 días para realizar una transferencia? ¿Tienen el poder de retener mi dinero?
Al ver que la cosa iba en serio, se dieron cuenta que se les marchaba un cliente y querían agarrarse al dinero como fuese. Me aceptaban las condiciones que pedía de inicio, pero ya era demasiado tarde… La decisión estaba tomada. Al final tuve que ponerme serio, enviar un mail de enfado y el dinero se mandó.
Esa sensación de abuso de la autoridad, en este caso del banco, ya la había vivido con anterioridad. Es una sensación extraña; alguien usa su posición de autoridad (solo el banco podía realizar dicha transferencia) para ejercerla sobre un individuo (ralentizar una operación o incluso retener el dinero). Es algo que tú no puedes hacer nada, aunque esto pueda perjudicarte económicamente.
Cuando me ocurrió esto, lo primero que pensé fue en diciembre de 2018. Lo recuerdo como si fuera hoy. Era un miércoles y estaba en clase.
De hecho, no hacía falta acordarse de esa fecha en concreto. En el sector de las apuestas deportivas tenemos abusos de autoridad a diario: cambios de cuotas, anulaciones de apuestas, limitaciones y un “etc” interminable de abusos por parte de las casas de apuestas. Y fuera de las apuestas deportivas, por supuesto, hay muchas situaciones de abuso de autoridad también. Pero bueno, me acordé de diciembre de 2018 y punto.
Hago un paréntesis para situar al lector: trabajo como asesor para la inversión en apuestas deportivas (o también llamado Tipster) desde el año 2013. Especializado en el deporte del Squash.
Estoy graduado en Empresariales & Management y cursando desde septiembre de 2018 un master en Mercados Financieros.
En diciembre de 2018 ofrecía mis servicios a través de una plataforma de tipsters por la cual había estado trabajando los últimos dos años.
Volvamos pues al 5 de diciembre:
El profesor P. Larraga estaba dando una estupenda clase de Gestión de Carteras de Renta Fija, a la semana siguiente había examen. Eran las 19.30, ya llevaba 2 horas de clase, quedaban otras 2. Portátil a la izquierda y libreta para tomar apuntes a la derecha. Así son mis clases cuando hay torneo de Squash. Portátil para ver los partidos que se van disputando y libreta para tomar apuntes de clase. Un ojo en las apuestas y un ojo para las clases del máster.
Estaba siguiendo un partido entre D. James y M. Asal. El torneo se disputaba en Egipto y esa jornada había sido muy tranquila, sin apuestas. Era el último partido del día y el joven Asal de 17 años empezó ganando el primer juego para después perder los dos siguientes. Situaciones del partido me hicieron tomar la decisión de ver una buena oportunidad de entrar a la victoria de Asal, a cuota 3 en ese momento cuando iba 1-2 por debajo en el marcador.
Como siempre, fui a avisar a los suscriptores para que se prepararan para un nuevo pronóstico en breves.
“Error. El usuario o la contraseña no son correctos, por favor vuelve a intentarlo”. Ese típico mensaje de error que aparece cuando por prisas te equivocas con las credenciales de acceso.
Estaba tratando de entrar a mi perfil de Tipster dentro de la plataforma para poder enviar el aviso de pronóstico a los suscriptores, pero algo no iba bien. Después de 3 intentos, desisto. Algo pasa.
Miro el grupo de whatsapp que tenía con los de la plataforma, por si habían avisado de algún periodo de mantenimiento, nada. Han pasado ya 5 minutos, y el cuarto juego ya está en marcha, no puedo enviar el pronóstico.
De repente, veo un correo en la bandeja de entrada, lo abro: “Final colaboración Squash”. Después de leerlo, hago síntesis en mi cabeza: Sin previo aviso, de forma tajante, en mitad de un torneo, decide la plataforma por la que llevaba 2 años trabajando de forma profesional, cortar las comunicaciones con mis suscriptores. Por lo tanto; no tenía forma de comunicarme con los clientes, que tenían suscripción activa de mi servicio hasta finales de mes (estábamos a día 5). Tampoco podía ver el resumen de facturación, es decir, importes pendientes de cobrar por parte de la plataforma, ni poder tener la posibilidad de guardar toda la información que tenía publicada en mi perfil público como Tipster.
Lo primero que hago antes de pedir explicaciones, es pedir la reactivación del servicio de inmediato, los suscriptores son lo primero y ¡No tenía manera de hablar con ellos! Al día siguiente continuaba el campeonato y tenía que poder comunicarme. Se me negó en repetidas ocasiones.
Recuerdo estar volviendo en coche después de clase y estar pensando en aquella canallada que acaba de presenciar: Tomar la autoridad por la mano y decidir en mitad de un torneo, sin previo aviso, que ya no puedo comunicarme con mis clientes, que desfachatez… y que manera de terminar 2 años de excelente relación profesional.
Aquel día los clientes perdieron dinero. Y lo puedo volver a decir, pero no de forma más clara, PERDIERON DINERO por culpa de esa canallada. M. Asal remontó el partido 3-2, lo que hubiera significado la cuota 3 acertada y +2uds de profit que no pudieron apostar nunca mis clientes. Y algunos pensarán, por un pick… Pues por un pick, sí. Teniendo en cuenta que hay clientes que apuestan 500€ la unidad o más, eso son 1.000 € de profit que se perdieron algunos. Por un pick, sí…
¿Por qué hicieron tal canallada?
A día de hoy, han pasado casi 5 meses de lo ocurrido y no tengo respuesta, ni la quiero. Pero de algo me he dado cuenta: la decisión que tomé de salir de esa plataforma, que confieso; en su momento tuve dudas, ahora me sobran razones para darme cuenta que estaba en lo cierto.
Para que entendáis como se llegó al 5 de diciembre; unas semanas previas al 5 de diciembre, comuniqué a los de la plataforma que estaba planteándome tomarme un tiempo por mi parte. Uno de los motivos era el porcentaje de facturación que se quedaba la plataforma, no me compensaba. Hablándolo, llegamos a la conclusión que no podían ajustarlo más. Y lo entendí. Sin embargo, tuve que tomar decisiones. Me avisaron de que por favor si tomaba la decisión de irme, les avisaran con un mes de antelación para “poder gestionar la salida”.
Y así lo hice, como persona sensata, les avisé el 3 de diciembre con un mes de antelación.
Recibí entonces un ultimátum de oferta aceptando mis condiciones. Aquellas que a priori eran inamovibles, pero igual que con el banco, la decisión ya estaba tomada, demasiado tarde. Unas semanas antes y seguramente hubiera aceptado. Me doy porrazos mientras escribo esto, pensando en lo tonto que hubiera sido en aceptar. (viéndolo a posteriori).
Y al día siguiente, sin previo aviso, ocurrió lo que he relatado. Así “gestionaron la salida”.
Supongo que por el furor que se estaba generando en las redes, los de la plataforma, finalmente, se dieron cuenta de la tontería que había hecho y dejaron que terminase el torneo al día siguiente.
Pero el daño ya estaba hecho, no había ningún motivo para hacer lo que hicieron. Con lo fácil que es quedar bien cuando se cierra una etapa de 2 años de relación profesional, nunca sabes lo que te puede traer el futuro…
5 meses después he decidido explicar esto, por dos motivos:
- Porque me siento con el deber de contar a mis suscriptores lo ocurrido durante esas fechas. Ellos fueron los más perjudicados en esto. No solo por el pick que no recibieron, sino también por todo el ajetreo en el cambio de sistema de envío de comunicaciones.
- Porque creo que en este sector en el que trabajamos algunos, es fundamental la confianza que te pueda transmitir una persona, un tipster o una plataforma. Las apuestas deportivas pueden ser muy complicadas de ver como una inversión profesional desde fuera. Si desde dentro no creamos estos enlaces de confianza y los transmitimos al exterior, no le estamos haciendo ningún favor al sector. Quiero que esto sirva de crítica constructiva a otras plataformas para que tomen conciencia de la importancia de cuidar bien a los profesionales que trabajan en ella.
Por último, pero no menos importante.
He tratado de ayudar siempre en todos los proyectos en los que he sido partícipe, incluida mi etapa en la plataforma. Incluso a veces implicándome en temas donde no debería, solo con el objetivo de hacer mejorar el negocio. He dado lo mejor de mí y puedo haberme equivocado en muchas cosas. De hecho, me equivoco a menudo. Pero de algo estoy seguro, he actuado siempre con humildad y con todo el respeto por las personas que en algún día confiaron en mi potencial. Y me han decepcionado.
Nuevas etapas están por venir, os mantendré informados.
Gracias por leer y por todos los mensajes recibidos.